Las últimas masacres ocurridas en México han transformado la seguridad de la población en un tema insoluble de valor estratégico para tiempos electorales. Si un pleito se le puede atribuir al gobierno de Andrés Manuel López Obrador es la violencia que prevalece en todo el país y que en las últimas semanas ha dejado tragedias de enorme impacto en el alma de la ciudad, los cinco estudiantes de medicina en Celaya en diciembre. 3 y la masacre de 11 jóvenes que utilizaban un albergue el fin de semana en Salvatierra, ambos en el estado de Guanajuato. Desde entonces, estos no son los únicos asesinatos, el país sigue contabilizando alrededor de 100 diarios y el supuesto ha permitido a la opinión pública expresar al máximo al presidente: la candidata aliada, Xóchitl Gálvez, repite ahora que “es una negligencia de la política”. “Abraza a los criminales y abraza a los niños”. La inseguridad será el gran desafío de la campaña en las urnas en junio de 2024.
“Es cierto”, dice María Eugenia Valdés Vega, experta en procesos políticos de la UAM Iztapalapa, pasando a manejar estos temas con afición electoral, “porque hay un sentimiento de apatía entre los electores, sobre todo, entre los más jóvenes. gente, “pero si vale la pena, porque así es la democracia”. “El candidato de Morena debe encargarse mucho de este trabajo, y también a nivel local”, advirtió el docente. Sin falsas razones, la violencia puede ser la piedra de la chimenea, presumiblemente llano, de Claudia Sheinbaum.
Durante muchos años, los mexicanos han considerado que el crimen organizado es el problema número uno del país. Y no lo digo sólo porque sea una preocupación genuina, sino que lo pienso en un diario, las vacunas están ahí para todos y cada vez que las buscas. Las personas se perciben a sí mismas como vulnerables en los encuentros. “Desde la época de Felipe Calderón, y también en este sexenio, la ciudadanía ha ido identificando la inseguridad como el principal problema. Justo un momento, en los años de la pandemia, en el que economía y trabajo se unieron”, explica Heidi Osuna, directora del diario Enkoll. “Es probable”, afirma, “que la violencia sea un factor importante en la campaña electoral si la gente percibe que tiene un candidato que ofrece una propuesta formal diferente, incluso si el alcalde no suele hacerlo”, afirma.
A partir de ahora, los candidatos no pueden mostrar públicamente los programas concretos del gobierno, pero entre líneas se ven sus proyectos y su opinión siempre antepuestos al problema de la inseguridad. Reiteramos que esa es la principal espada a luchar y no he tenido un momento desesperado para hacerle pagar al presidente su falta de resultados en esta materia, así como sus destinos tratando de justificar los últimos intentos, que siempre atribuyen el consumo de drogas y ponen especial énfasis en Guanajuato, como si el resto del país no quemara en las mismas llamas. El candidato panista, por el momento, expresa la necesidad de comprometerse con nuevos amigos en Estados Unidos, así como su fe en las nuevas tecnologías para erradicar el problema.
En 2018, López Obrador logró la victoria con una propuesta distinta a la de sus antecesores: la idea que se condensaba en la frase “abrazos, no balazos” era que había matado a mucha población civil en las fugas contra los jefes mafiosos sin perseguir el objetivo. objetivo de erradicar la violencia, algo que sólo se desvanecerá, dice siempre el presidente, poniendo polvo en el cielo, dice, abordando los problemas estructurales de la pobreza y la falta de formación y empleo entre los jóvenes, principales damnificados y víctimas de una país armado hasta los dientes. Pero todo esto no ha dado los resultados deseados y las estadísticas son confusas al respecto, pero se puede negar que la violencia está afectando a todo el país y que el crimen organizado se ha extendido a amplias zonas del territorio y su economía.
La Ciudad de México es uno de los pocos oasis de paz, como los llaman los expertos en seguridad, que presenta el país, y así sucesivamente, las balas se dejan oír de tarde en tarde. El candidato de Moraine para gobernar la capital fue inicialmente Omar García Harfuch, hasta entonces jefe policial en el gobierno de la ciudad. El mensaje fue sencillo, ofreció tranquilidad a los vecinos y el pasaje ayudó a exponer algunos resultados en esta columna del Gobierno. Pero Harfuch cayó del cartel en favor de su compañera Clara Brugada y la asunción de la seguridad pasó a la gran apuesta morenista ante el electorado: “Primero los pobres”.
De modo que “el veto más importante de la oposición para atacar al Gobierno en el continente electoral es la seguridad, aspecto en el que sus propias estadísticas oficiales reconocen que no ha quedado satisfecho con lo que pedía. A todos nos gustaría tener más seguridad y la verdad es que esto no ha sucedido. La gente aplaude otras cosas, pero el puesto tiene la posibilidad de explorar ese tema”, dice Valdés Vega.
Si bien hay lugares donde la economía y la falta de trabajo siguen siendo la falencia más reportada en las encuestas, a nivel nacional la inseguridad ocupa el primer lugar. “En Guanajuato, por ejemplo, la palabra de asesinato surge por muchos otros delitos que se vienen denunciando, como el delito contra la vida, por ejemplo, desde hace mucho tiempo”, dice Osuna. En reuniones posteriores se determinará hasta qué punto la disolución de la violencia actual y su percepción de inseguridad han penetrado en la ciudad. Pero esto, sin duda, será una cuestión espeluznante en el condado electoral.
En los días en que la oposición ha rechazado sus ataques a Morena, en la intención de esa política, como las ayudas sociales o la economía en general, lo que vale más es no tocar, porque no encontrará eco entre el pueblo. , si no despiertan rechazo y electores de las salamandras. La inseguridad dejó una gran baza para Xóchitl Gálvez. Sabemos que es un héroe que busca y destruye a cualquier persona y está en condiciones de reclamarlo al presidente del Gobierno, responsable de una estrategia que no ha dado frutos. López Obrador, la gran roca contra la cual se eligen los candidatos opositores, presenta aquí una tristeza donde mide la cuña. Quizás Claudia Sheinbaum deba exponer los datos que entregó en la ciudad, donde la seguridad siempre figura como una tarea aprobada, y quizás Harfuch, quien trabaja en su equipo, sea el único como en el manga en desviar la atención de este terrible. como si enfrentara la imagen de México y abandonara el gran talento de las águilas de las transformaciones que supone el Gobierno
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